¿Sabías que puedes estar inmerso en la cultura de la dieta aunque no estés haciendo una dieta formalmente?. Bueno, primero es importante mencionar que dieta significa "todo lo que comemos en un día", sin embargo, culturalmente usamos la palabra con la connotación de "método para perder peso o modificar el cuerpo".
En definitiva hay momentos en los que es necesaria llevar alguna pautas alimenticias como parte de un tratamiento médico-nutricio. Por ejemplo, en la enfermedad celiaca, en enfermedad renal, en diabetes, resistencia a la insulina, personas que viven con un trastorno de la conducta alimentaria en estado agudo, etc. (que sin bien necesitan pautas, jamás tendrían porque padecer hambre, pero esto no será tema de esta ocasión).
¿Qué es la cultura de la dieta?
"La cultura de la dieta es un sistema de creencias que adora la delgadez y la equipara con la salud y la virtud moral, lo que significa que puedes pasar toda tu vida pensando que estás irremediablemente roto solo porque no te ves como el ideal increíblemente delgado".- Christy Harrison. Esta misma autora lo define como una cultura que nos incita a pasar toda la vida intentando reparar un cuerpo que esta "roto".
La realidad es que esta cultura abarca desde los medios de comunicación, el entorno social y cultural así como el área de la salud (por eso es que lo tenemos tan internalizada y normalizada). A continuación te comparto 15 formas de identificar la cultura de la dieta.
1.- Obsesión por la delgadez y búsqueda de la misma a costa de lo que sea.
La cultura de la dieta alaba la delgadez sin importar como lo hayas logrado. Por ejemplo, le aplaude a las personas que por depresión, duelos o enfermedades bajan de peso. Escuchamos frases como "antes muerta que gorda" o "estoy a una diarrea de mi peso ideal", además existe un gran número de mujeres que preferirían enfermar antes que subir de peso. Y como dice Deb Bugard "Estamos prescribiendo a personas de mayor peso lo que estamos diagnosticando como trastornos alimentarios en personas delgadas".
2.- Normaliza las conductas alimentarias de riesgo.
Recordemos que las conductas alimentarias de riesgo son comportamientos compensatorios, que tienen como objetivo borrar la ansiedad, la culpa u otros sentimientos incómodos sobre la comida consumido. Estas conductas pueden afectar la salud física y mental de una persona (también pueden generar trastornos de la conducta alimentaria a la larga). Esta cultura normaliza conductas como hacer ejercicio "para quemar lo que se comió demás", hacer ayunos "por se comió mucho", tomar laxantes para "eliminar lo consumido", tomar agua o mascar chicle "para engañar el hambre", ayunar "para disminuir la culpa", etc.
3.- Divide la comida en alimentos que engordan y alimentos que adelgazan.
Una de las muchas variantes que influyen en perpetuar la culpa al comer (la culpa es parte de la cultura de dieta) es pensar que hay alimentos que engordan y otros que adelgazan, así como el terror por engordar que entra el punto 10. Spoiler alert, no existe ningún alimento que tenga la capacidad de engordar o adelgazar por sí mismos.
4.- Fat talk.
"Fat talk" son conversaciones que giran en torno a la apariencia física (enfocada en peso) y de alimentación con un tinte moralista y gordofóbico. Algunos ejemplos de frases son:"estoy hecha una vaca", "comí como gordo", "comí como cerdo", "estoy gordx, me veo horrible" o "mira cuanta grasa tiene". Contribuyendo a la insatisfacción corporal de quienes nos escuchan.
5.- La palabra "cuidado" se relaciona con perder peso o estar en un estado de restricción alimenticia.
Si escuchas a una persona decir "me estoy cuidando" seguro a tu mente viene la idea de que o está buscando perder peso o que sus elecciones alimentarias van enfocadas a restringir la ingesta calórica. Cuando el autocuidado puede ser salir de la restricción, ir a terapia, poner límites, descansar, moverte con consciencia, etc.
6.- Medios de comunicación promoviendo la delgadez como un estado de mayor status.
Piensa, ¿Cómo son las personas que en las series o películas son las exitosas, inteligentes, amadas y respetadas?, seguro vino a tu mente una persona delgada blanca y alta, en el caso de los hombres tienen una masa muscular pronunciada y en el caso de las mujeres, facciones "finitas", cintura diminuta, delgada etc. (y no quiero dejar de mencionar que no le da representatividad a otras poblaciones marginadas). Todo esto va generando en nuestra mente conceptos tipo el "éxito" es equiparable a delgadez o un look determinado.
7.- Incita a editar las fotos.
Como para la cultura de dieta nada es suficiente, a ese 3% de la población que cumple con el "cuerpo ideal" se les suele dar retoques "para verse aún más perfectos" o se les capta en situaciones que no son sostenibles con el tiempo (por ejemplo, deshidratados). Todo esto genera insatisfacción en ese mismo 3%, que es el supuesto ejemplo a seguir y al resto de población ni hablar, además de mayor insatisfacción corporal, alimenta el deseo de editar fotos o videos.
8.- Mantiene a las personas hablando de dietas y cuerpos.
La cultura de la dieta centra la socialización en estar vigilantes a los cambios corporales de quien a nuestro alrededor esta, también genera pláticas sobre dietas de moda o nuevos productos para pérdida de peso o pérdida de grasa. Esta cultura coarta nuestra conexión y no permite generar espacios para la vulnerabilidad.
9.- Glorifica a Influencers con discursos "si tú quieres puedes".
La mayoría de los perfiles con mayores seguidores son de aquellas personas que cumplen con el estándar de belleza. Esta cultura suele glorificar la imagen y los discursos de fuerza de voluntad. Recuerda que la forma y el tamaño de los cuerpos tiene un sin fin de factores que van más allá del "échale ganismo" (moverte más y comer menos) que lejos de motivar, genera culpa y vergüenza.
10.- Busca un culpable y dice que aceptar la diversidad corporal es conformismo.
El algún momento las grasas fueron las malas de la historia, hoy en día son los carbohidratos y a veces, incluso, la comida y el hambre en general. También se suelen culpar a las hormonas, la falta de fuerza de voluntad y la poca práctica de ejercicio (no digo que no haya enfermedades que a nivel hormonal alteren el peso, lo que quiero decir es que la diversidad corporal existe y que en muchas ocasiones el problema es creer que todos deberían entrar en el mismo molde).
11.- Estigma de peso en la práctica de profesionales de la salud.
Esta cultura suele darle ciertas características a ciertos rangos de peso, por ejemplo al rango de peso del que forman parte las personas delgadas, se les atribuyen características del tipo: son personas que hacen ejercicio, comen más verduras y frutas, por lo tanto, se les suele atribuir salud. Por el contrario, a las personas de rangos de pesos más grandes, se les atribuyen características como que son flojas, dejadas, que comen puros ultraprocesados, etc. Todo esto hace que a un grupo de la población no se les busquen patologías y a las otras que todos sus malestares/ enfermedades sean atribuidas al peso.
12.- Gordofobia.
La gordofobia es uno de los principales sistemas que rige la cultura de la dieta. Este es un sistema de discriminación que rechaza y violenta a las personas gordas por ser gordas. A una parte de la población las mantiene con el miedo de engordar y a la otra viviendo en opresión desde distintos niveles: sistémica, institucional e internalizada. Un ejemplo de este tipo de opresión es tener menores oportunidades laborales.
13.- Utiliza la palabra control.
Se vende e internaliza en las personas frases como, "controla el hambre", "controlar el peso", "controlar la comida","controlar el hambre emocional", "controlar el cuerpo", generando desconexión y desconfianza corporal.
14.- Privilegia a las personas delgadas.
No es de a gratis que en esta cultura se alabe la delgadez, tienen un porque. A las personas delgadas se les alaga más, no se les cuestionan sus elecciones alimentarias, no se les cuestiona y acosa en temas referentes a su salud, tienen mayores oportunidades laborales, no tienen que preocuparse por si tendrán un asiento en donde caber y sentirse seguros (lo que no significa que no tengan problemas en torno a la relación con su cuerpo y la comida).
15.- Crea y mantiene los trastornos de la conducta alimentaria.
Si bien los trastornos de la conducta alimentaria son multifactoriales, la carga sociocultural es enorme y solemos minimizarla. El entorno en el que nos desenvolvemos en definitiva influye en la salud mental, así que yo me pregunto ¿Si no existiera la cultura de la dieta, existirían los trastornos de la conducta alimentaria? Y me refiero a los que están relacionados con la imagen corporal, como anorexia, bulimia y vigorexia. Además, se ha visto que personas que están en un proceso de recuperación, les resulta más difícil cuando su familia o su entorno cercano está en vuelta en conversaciones de la cultura de la dieta.
En conclusión la cultura de la dieta esta por todos lados y de forma inconsciente podemos contribuir a ella con nuestros comentarios, creencias, conversaciones, miradas, tratos discriminatorios, etc. A veces el cambio puede empezar con pequeñas acciones como dejar de hacer comentarios de cuerpos ajenos.
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